Boda colectiva en Confluencia por las viviendas

Es la consecuencia más grata de la revuelta popular registrada el mes pasado en el barrio y que costó la vida de Rubén Arias. Veinticuatro jóvenes parejas se casaron para cumplir con el requisito que impone el Instituto Provincial de la Vivienda para poder acceder a un techo. Fue una fiesta de los humildes, donde poco importó el calor que las chapas multiplicaron por dos en el salón contiguo a la capilla Belén, donde tuvo lugar la ceremonia.

NEUQUEN (AN).- Veinticuatro parejas del barrio Confluencia se unieron ayer en matrimonio para cumplir con los requisitos del Instituto Provincial de Vivienda (IPVU), que les exige "la libreta" para otorgarles la casa.
La ceremonia legal llegó forzada por las circunstancias. Es que de otra manera, estos vecinos no podrían recibir las 50 viviendas que alimentaron el conflicto que el mes pasado le costó la vida al diariero Rubén Arias.
La de ayer fue la fiesta de los humildes. Hombres jóvenes y mujeres niñas, con sus hijos y/o panzas a cuestas.
Poco les importó a las 24 parejas el calor que las chapas multiplicaron por dos y por tres dentro de un salón de paredes desnudas que fue desbordado por vecinos, familiares y amigos de novias y novios. Las ganas de festejar superaron por varios cuerpos a los sudores que arrancaron los 31,8 grados que a las seis de la tarde se registraron en esta ciudad.
El salón está ubicado junto a la capilla Belén del sufrido barrio que hace algunas semanas se rebeló en reclamo de viviendas. Hubo emoción y llantos en torrente en el acto que se transformó en el casamiento múltiple más importante de esta ciudad.
Hubo tres enlaces más que en el casamiento masivo que a mediados de 2000 protagonizaron vecinos de los asentamientos del oeste en una iglesia evangélica.
Los casamientos se gestionaron a las apuradas y recién el lunes a las tres de la tarde el secretario general del Registro Civil de Neuquén, Jorge Lewit, tuvo en su poder la documentación necesaria para cumplir con el trámite, que se complicó porque más de la mitad de las parejas no llega a los 21 años.
Astrid Ballens, de 16 años, fue una de las que el 11 de febrero ocupó una de las casas de la discordia. Por esos días, la chica de larguísimos cabellos negros arrastraba una panza de nueve meses. La panza desapareció el 18 de febrero y por estos días la pequeña Micaela llora y patalea en brazos de la flamante abuela Silvia. Astrid y su esposo Luis Bustamante, de 23 años, componen una de las 24 parejas que ayer dieron el sí. Luis, flaquísimo, apretó fuerte a su mujer cuando la oficial de justicia completó los registros. Por ahora, la flamante familia vive en la casa de la abuela de Astrid, donde también vive su mamá Silvia, su hermana, y una tía. Es decir cuatro generaciones bajo un mismo techo.
Un asado para 80 personas y una torta de 40 kilos fueron el regalo que los diputados de la Alianza llevaron a las parejas. Los legisladores Ricardo Villar, Raúl Radonich y Eduardo Correa fueron especialmente invitados a la ceremonia a las que asistieron unas 400 personas. Por su presencia en el barrio antes y durante el conflicto, el MPN pide el juicio político de Villar.
Cuando los primeros troncos empezaron a arder, la mayoría de los vecinos buscaba frescura y sombra bajo los sauces y los olmos de la muy verde plaza Pedro Quarta. Se preveía un festejo largo en el barrio. "Los que no entren acá en el salón van a tener que hacerlo afuera", afirmó Luis Penroz, uno de los hombres que encabezó las gestiones para que las viviendas queden para gente del barrio. Dentro del Salón habían una pocas bancas de madera, una mesas largas y de patas flacas y muchas ganas de festejar.

Piden que siga la comisaría

NEUQUEN (AN) - Un grupo de vecinos del barrio Confluencia le solicitó al gobernador Jorge sSobisch que restituya la Comisaría 19, que funciona en ese sector del sudeste de la ciudad, las funciones que les fueron recortadas tras los incidentes de febrero pasado, derivados de la toma de casas de un plan de viviendas por parte de grupos familiares.
Después de los enfrentamientos que se generaron entre los ocupantes de las viviendas aludidas y efectivos policiales, que tuvieron como dramática consecuencia la inmolación de Rubén Arias, las autoridades decidieron limitar las actividades de aquella dependencia policial a las de un destacamento.