Sábado 31 de marzo de 2001

 

ALCA: Cardoso mantiene las diferencias con Bush

  El presidente brasileño tuvo un cordial encuentro con el de EE. UU.
  Washington (EFE).- Los presidentes de EE.UU., George W. Bush, y de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, intentaron limar ayer todo lo posible sus diferencias sobre la creación del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
Las discrepancias sobre la puesta en marcha del ALCA centraron la reunión de los dos mandatarios en la que también repasaron la situación política y económica del continente americano.
En una reunión de casi una hora en el Salón Oval de la Casa Blanca, ambos presidentes abordaron el tema que amenaza ensombrecer la III Cumbre de las Américas en Quebec debido a las fuertes diferencias aún existentes entre Washington y Brasilia.
A pesar del desacuerdo comercial, Bush y Cardoso se mostraron dispuestos a tratar de "solucionar cualquier diferencia que pueda existir" en las negociaciones comerciales, indicó el presidente estadounidense.
"Tuvimos una excelente conversación sobre comercio. Hemos tomado la decisión de que vamos a trabajar estrechamente para solucionar cualquier posible diferencia", dijo Bush.
Por su parte, Cardoso insistió en que "es normal" que los países tengan diferencias, y confió en que esos desacuerdos puedan resolverse en la Cumbre de las Américas de Quebec (20-22 de abril), en cuyas discusiones el ALCA tendrá un papel protagonista.
"Haremos todo lo posible para solucionar las dificultades y lograr buenos acuerdos en diferentes asuntos, incluyendo comercio", indicó Cardoso, quien añadió que "todos tienen la vista puesta" en Quebec.
Insistió en que "Estados Unidos y Brasil pueden y deben trabajar juntos", aunque reconoció que cada presidente tiene que defender los intereses de su país y su pueblo.
Cardoso, de buen humor ante la prensa destacada en la Casa Blanca, dijo que se quitó los anteojos para ver a los ojos de Bush. El jueves el presidente estadounidense había anunciado que iría a ver los ojos de su colega para decirle que "estamos en favor del libre comercio" y tratar de convencerlo de que se adelante el calendario del ALCA.
"Le mostré que no tenemos nada que esconder", declaró Cardoso, quien subrayó que ambas naciones "tenemos mucho que hacer, no sólo en el área del comercio, sino en el campo de la democracia", así como en la lucha contra las drogas .

Las diferencias

Brasil, el país mayor y más poblado de América Latina, prefiere que la puesta en marcha del ALCA se mantenga en su fecha prevista inicialmente del 2005, mientras que EEUU y algún otro país de la región busca adelantarlo para el 2003.
La principal potencia industrial de Sudamérica sostiene que requiere tiempo para disminuir sus costos de producción para competir en el futuro mercado abierto del ALCA, también busca que Washington desmantele las barreras arancelarias que tiene a través de cuotas y abra su mercado agrícola e industrial a las exportaciones latinoamericanas.
Además, y para tener más fuerza en las negociaciones frente a Washington, Brasil prefiere negociar desde el Mercado Común del sur (Mercosur), bloque económico integrado por Argentina, Brasil Uruguay, Paraguay, Chile y Bolivia, estos dos últimos países como asociados.
Entre otras diferencias, Brasil considera que Washington aún emplea barreras comerciales para proteger a algunos sectores ineficaces de la economía.
Brasilia tiene en Venezuela y los países del Mercosur aliados para apoyar el mantenimiento de 2005, aunque Cardoso dijo que no sólo es cuestión de tiempo sino de lograr acuerdos de fondo que favorezcan a todos.
Al salir de la Casa Blanca, Cardoso aseguró que "la fecha ni se mencionó", porque "no cabía ni discutirlo", aunque recalcó su disposición a trabajar a favor de la integración.
Bush y Cardoso repasaron también la situación política, económica y energética del continente americano. Los dos presidentes compartieron la confianza en la gestión del nuevo ministro argentino de Economía, Domingo Cavallo, y manifestaron su disposición a ayudar a Buenos Aires. (ver págs 20/21)
La reunión entre los presidentes de los países más poblados de América fue "clara" y "franca", según Cardoso, quien dijo que no escondió ninguna preocupación, "y tampoco lo hizo Bush".
Por ejemplo, Cardoso manifestó su preocupación por las consecuencias que la aplicación del Plan Colombia pueda tener en la zona fronteriza de ese país con Brasil. Añadió que "Brasil tiene preocupación por sus fronteras", y señaló que las fuerzas armadas tienen "problemas para controlar el espacio aéreo" de esa región selvática.

Análisis: Seducir al aliado díscolo

Desde antes de la visita del presidente Fernando Cardoso a Washington, Brasil está en el foco del interés de los grupos de presión y empresas estadounidenses, interesadas en el refortalecimiento de las relaciones con esa nación sudamericana.
Las diferencias entre Brasil y Estados Unidos son profundas, especialmente en el campo del comercio y la política, y ponen en peligro el futuro de sus vínculos.
Líderes empresariales de EE.UU. señalan que Brasil es la nación moderadora en el Cono Sur y defensora de la democracia, como lo demostró en el caso de Paraguay. "Sin Brasil, el proyecto de creación del ALCA no progresará", advierten. Hay poderosas razones para el interés de Washington en Brasil:
- Es la mayor economía entre los países emergentes, el doble de Rusia y casi tan importante como China.
- Su poder de compra la sitúa como la quinta nación importadora después de EE.UU., China, Japón y Alemania.
- Un comercio bilateral anual de 13.000 millones de dólares.
Brasil, como muchos países del Mercosur, no desea una acelerada negociación del ALCA, cuya fecha límite está fijada para el 2005; tampoco está de acuerdo en que en el futuro tratado de comercio regional se incluyan las normas de protección laboral y ambiental ni mucho menos establecer sanciones económicas.
Como las naciones andinas, Brasil está preocupado por las repercusiones de la faceta militar del Plan Colombia por la expansión del narcotráfico a las zonas fronterizas, la extensión de la violencia y los flujos de desplazados por la guerra.
En el marco de esta estrategia, el país carioca refuerza sus vínculos con Europa y promueve un bloque económico sudamericano. Esta postura es alentada desde Europa. Ayer, el viceministro alemán de Exteriores, Ludger Volmer, abogó por intensificar las relaciones con América Latina para un "triángulo de cooperación" entre la UE, Latinoamércia y EE.UU. Volme dijo que "acuerdos prematuros de cooperación bilateral" entre países sudamericanos y EE.UU. serían "contraproducentes". Europa necesita "socios regionales como Mercosur", agregó.

   
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