Domingo 25 de marzo de 2001

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Triple crimen: "La investigación debe continuar" 25-03-01 [nota]

 

Todo listo para el juicio oral por los asesinatos de las chicas

 

Comenzará el martes a las 9 y se extenderá por lo menos hasta el 11 de mayo. Citaron a declarar a 84 testigos. Cada semana habrá entre dos y cuatro audiencias. El juicio es público.

  Este martes comenzará a debatirse uno de los hechos más aberrantes de la historia policial rionegrina. Después de más de tres años de investigación, Claudio Kielmasz y Guillermo González Pino, los dos únicos detenidos de los diez imputados que tuvo el triple crimen, serán juzgados por la privación ilegítima de la libertad y muerte de María Emilia y Paula González y Verónica Villar.
Serán más de doce jornadas en las que desfilarán unos ochenta testigos de los cientos que declararon en la causa desde el hallazgo de las chicas.
El 11 de noviembre de 1997, Cipolletti, la provincia y el país se horrorizaban al conocer el trágico destino de las tres jóvenes. Una simple caminata dominguera las había sumergido en el peor de los espantos.
María Emilia (24) y su hermana Paula (17), habían sido semienterradas debajo de unos tupidos olivillos ubicados cerca de las vías del ferrocarril. Estaban casi juntas y habían muerto por disparos de arma de fuego.
Verónica (22), estaba a unos metros de sus amigas, también bajo los olivillos, y falleció por asfixia mecánica. Las tres presentaban un sinnúmero de lesiones externas entre heridas cortantes, punzantes y hematomas.
Nadie pudo comprender el por qué de las muertes. Ni tampoco el por qué de la "salida rápida" que pretendió dar la policía.
El comienzo de la investigación estuvo cargado de negligencias, impericias y de hechos que aún hoy no se explican. La justicia tuvo que recurrir a la policía Federal para que realizara la investigación, y hasta llegó a solicitar colaboración a la DEA y el FBI para tratar de encontrar alguna pista.
Así y todo, el caso fue a los tumbos, yendo y viniendo por distintas hipótesis que apuntaban desde la participación de marginales, hasta la presencia de personas con poder económico y la policía. Se habló de un hecho "simple y circunstancial", fiestas negras, crimen por error, narcotráfico...
Finalmente dos individuos quedaron tras las rejas. Claudio Kielmasz (26) que apareció en la investigación cuando se presentó ante la familia de las víctimas y entregó el arma homicida; y Guillermo González Pino, un estafador al que se lo condenó además por asociación ilícita, una de las tantas causas desprendidas de la investigación del triple crimen.
El fiscal de instrucción, Alvaro Meynet, acusó a Kielmasz y González Pino como co-autores del hecho. Entendió que los detenidos buscaban información sobre drogas de otro grupo de tres mujeres que la tarde del domingo 9 de noviembre caminaban por el lugar. Pero por error, capturaron y mataron a las hermanas González y a Villar.
Posteriormente, "Río Negro" presentó una investigación, basada en testimonios y análisis propios, en la que se determinó que Kielmasz reúne el perfil de un asesino serial, autor además de la muerte de Yanet Opazo.
Las familias de las víctimas, en tanto, creen que con estos dos sujetos "no cierra" el caso. Afirman que hay que seguir investigando aún cuando se conozca la sentencia.
Mientras tanto, los cipoleños aguardan. Serán varios días en los que la ciudad revivirá un episodio que nunca hubiera querido escribir en las páginas de su historia. Son tres muertes aberrantes; dos familias destruidas por el dolor. Y un reclamo generalizado de justicia.
   
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