Miércoles 21 de marzo de 2001

 

Balearon en la cabeza a un policía en Ciudad Industrial

 

Le disparó un francotirador desde un primer piso.

  NEUQUEN (AN)- Otra vez el barrio Ciudad Industrial tuvo una madrugada de infierno. Un policía fue baleado en la cabeza por un francotirador que se asomó desde la ventana de un primer piso e intentó evitar el procedimiento de una patrulla. El herido está fuera de peligro aunque el proyectil le quedó incrustado entre la piel y el cráneo. Hay tres detenidos, todos integrantes de una familia, y fue secuestrado el revólver que habrían utilizado en la agresión.
Dos horas antes de este episodio, tres sujetos fueron sorprendidos en el momento que asaltaban una estación de servicios en el mismo sector (ver aparte).
El tiroteo fue el hecho más grave ocurrido en Ciudad Industrial desde el sábado, cuando un joven de 16 años fue asesinado a sangre fría de un disparo en la cabeza. Por ese hecho hay dos detenidos, y ayer hubo una marcha de silencio pidiendo justicia.
La seguidilla de hechos violentos rompió una calma de varios días en el barrio, lograda en base a refuerzo policial para recorrer las calles después de que una masiva asamblea de vecinos, a fines de febrero, reuniera a funcionarios provinciales y municipales para debatir la falta de seguridad.
Los hechos de ayer se produjeron a partir de las 3 de la mañana. Una patrulla de la Policía Metropolitana integrada por cinco efectivos recorría el barrio en una camioneta y entre las calles 5 y 11, frente a la tira L 1, observó una persona en actitud sospechosa dentro de un vehículo.
Dos policías descendieron del móvil y se aproximaron hasta el individuo, que ocupaba el interior de un Peugeot 504 color mostaza, patente R063631. Una puerta del vehículo estaba abierta.
Según fuentes policiales, es habitual que en los rodados estacionados en la vía pública los ladrones oculten las cosas robadas en las viviendas. Por eso se aproximaron para identificar al ocupante.
El hombre, cuya identidad no fue suministrada, estaba durmiendo en aparente estado de ebriedad. Mientras los policías cumplían su tarea, desde un departamento ubicado en el primer piso de la tira L 1 se asomó una persona que comenzó a insultar a los efectivos.
De las palabras pasó a los hechos: con un arma de fuego comenzó a disparar. El agente Lucas Rodríguez recibió un disparo en el parietal derecho y cayó en medio de la calle.
Como desde el primer piso el francotirador no dejaba de disparar, los compañeros de Rodríguez no se animaban a acercarse para auxiliarlo. Hasta que se parapetaron detrás del móvil policial y respondieron el fuego "con disparos de balas de goma", según se informó.
Así hicieron un abanico de protección, un cordón de seguridad, y pudieron acercarse a la víctima y evacuarla de la línea de fuego.
Trasladado de urgencia al hospital, se comprobó que el proyectil le había quedado alojado entre la piel y el hueso del parietal derecho, sin ingresar al cerebro. Anoche se evaluaba si convenía operarlo o no. Se informó que está fuera de peligro.
Mientras tanto, la policía apostó decenas de efectivos frente a la tira habitacional desde la cual habían efectuado los disparos, y esperó la orden judicial y la luz del sol para allanar el departamento.
"Podíamos haber ingresado de inmediato pero no sabíamos con qué nos íbamos a encontrar adentro", explicó el jefe de la comisaría 20, comisario Héctor Albornoz.
En las horas siguientes algunos ocupantes de la vivienda intentaron abandonarla y fueron atrapados por la policía, que mantenía el cerco. Los tres detenidos fueron identificados como Juan Carlos Vargas, su hijo Juan Pablo Vargas y un menor de 16 años.
Poco antes del mediodía de ayer, previo al allanamiento del departamento, la Policía retiró del lugar a tres personas más, supuestamente integrantes de la misma familia.
En el interior de la vivienda, personal de Criminalística y de la comisaría al mando de Salazar secuestró un revólver calibre 22 largo con el cual se habrían efectuado los disparos. También encontró dos réplicas de arma de fuego, y se buscaron elementos que podrían provenir de robos cometidos en el barrio.

"No podemos seguir viviendo así"

NEUQUEN (AN) - "No podemos seguir viviendo en medio de la inseguridad, saliendo a la calle con la incertidumbre de no saber si vamos a volver a nuestras casas. Esto tiene que acabar de una vez por todas y son las autoridades las que deben aportar soluciones".
Lo dijo José Posse, el padre del chico de 16 años asesinado de una balazo en la cabeza en la madrugada del sábado en el barrio Ciudad Industrial. Ayer encabezó una marcha de silencio para pedir por el esclarecimiento del hecho y mayor seguridad.
Aún conmovido por la trágica muerte de su hijo, Posse habló con voz firme, les pidió a los vecinos que se unan para reclamar ante los funcionarios y llamó a dejar de lado sentimientos de "bronca o venganza, para trabajar por la tranquilidad del barrio, por una mejor convivencia y para que los jóvenes tengan alternativas de futuro".
Unas doscientas personas, entre hombres, mujeres, niños y jóvenes, respondieron a la convocatoria que lanzaron familiares del chico muerto y dirigentes vecinales, para marchar por las calles del barrio en reclamo a soluciones a los numerosos problemas que afrontan a diario pero, fundamentalmente, el de la inseguridad.
Posse, quien pidió no hablar del homicidio de su hijo -"prefiero no pensar, porque si lo hago me hace mucho mal. Mientras puedo, aguanto y me contengo", señaló- agradeció el respaldo del vecindario que lo acompañó en la tarde de ayer a manifestar junto con él.
Como se informó, el joven recibió un disparo en la nuca cuando se disponía a ir a su trabajo como lavacoches de los taxis de la parada del policlínico Ados. Por el hecho hay dos personas detenidas, uno mayor de edad y otro menor. Fueron aprehendidos Roca, el lunes, y ayer se iban a realizar diligencias en el marco de la investigación.
"La realidad en el barrio es muy dura. Acá, para los chicos, oír tiros a cualquier hora del día es algo común. Ya no tienen miedo de escuchar un disparo. Esto no puede ser, hay que cambiarlo", añadió Posse.
Comentó que la problemática de la juventud es la que reclama las soluciones más urgentes. Destacó que la falta de actividades recreativas y más aún de trabajo para los adolescentes, los "condena a tiempos de ocio en los cuales se originan los problemas de inseguridad".
Mario Azúa, presidente de la comisión vecinal, le reclamó al "ministro (Jorge) Gorosito que disponga los medios para lograr un verdadero marco se seguridad en el barrio. El día del crimen del chico, sólo había policías en la comisaría, para una población de 5.000 personas".
Sostuvo que los problemas que afrontan en el sector son complejos y si bien son las autoridades las que deben proveer los medios para instrumentar soluciones, es también imprescindible la participación de los vecinos. "En la medida que no se comprenda que todos debemos encarar las soluciones, no vamos a tener éxito", dijo.
Para Susana, una vecina madre de varios chicos de corta edad, el panorama es sombrío. "Si estamos haciendo reuniones por la seguridad y en vez de tener más ayuda oficial tenemos menos, no vislumbramos soluciones. Es muy triste, pero yo no puedo dejar de pensar en tener que irme a otro lado, si no tenemos el mínimo de seguridad para nuestros hijos", señaló.

La prueba en el cráneo

NEUQUEN (AN)- En la cabeza del agente Lucas Rodríguez está una de las pruebas para incriminar a los sospechosos de haberlo baleado ayer a la madrugada en el barrio Ciudad Industrial. El proyectil que le dispararon le quedó alojado entre el cuero cabelludo y el cráneo, y si lo extraen podrían cotejarlo con el revólver calibre 22 largo secuestrado en la vivienda de la familia Vargas.
Sin embargo, la operación podría ser riesgosa e innecesaria para mejorar la salud del suboficial, que por ahora está fuera de peligro. Además, según se informó el proyectil está deformado y no serviría para una pericia.
El caso, desde ese punto de vista, se presenta complicado. La policía trataba de encontrar ayer algún otro de los proyectiles disparados desde la vivienda de la tira L 1 para realizar la pericia, o al menos los casquillos que fueron extraídos del tambor del revólver secuestrado.
Por otro lado, fuentes ligadas a la investigación explicaron que si alguno de los policías que presenció el tiroteo no reconoce al autor de los disparos, será difícil imputarle a alguien un delito concreto.

Dos horas antes hubo un asalto

NEUQUEN (AN)- Un móvil policial sorprendió ayer a la madrugada a tres sujetos en el momento en que asaltaban la estación de servicios ubicada en el barrio Ciudad Industrial.
El hecho ocurrió alrededor de la 1 de la mañana, cuando un móvil de la comisaría 20 hacía una recorrida de rutina por el sector.
El comisario Héctor Salazar informó que en ese momento observaron a un sujeto en bicicleta en actitud sospechosa.
Cuando se acercaron a demorarlo, del interior de la estación de servicios YPF salieron dos sujetos junto con la empleada a la que tenían amenazada con un cuchillo.
La mujer avisó a los policías que la estaban asaltando. Al verse rodeados y superados en número, los delincuentes se entregaron.
"Los palpamos de armas y en ese momento les secuestramos el cuchillo y la billetera de la empleada con 60 pesos en billetes de distintos valores", explicó el comisario Salazar.
Fuentes extraoficiales identificaron a los sospechosos como Ariel Baeza, Carlos Martínez y Ariel Beti.
Apenas dos horas después de este hecho se produjo el tiroteo en el cual fue herido un agente policial, en las calles 5 y 11 del barrio.
La Policía se manifestó preocupada por esta escalada de violencia en el sector.
"Aquí viven 6.000 personas, cada una con sus problemas", dijo Salazar. "Es una pena que hayan ocurrido estos hechos porque estábamos trabajando bien y habíamos logrado disminuir los hechos de violencia. Estábamos controlando a los jóvenes que se la pasan bebiendo en la calle y ya no era común escuchar tiros todas las noches".
Agregó que "de todos modos los problemas no se solucionan con más presencia policial. La seguridad -repitió el slogan- es un problema de todos y así hay que entenderlo".

Foto1: Durante un allanamiento, la Policía secuestró el revólver calibre 22 largo que habrían utilizado para herir a un agente.

Foto 2: Unas 200 personas participaron de la marcha de silencio.

   
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