Domingo 11 de marzo de 2001

 

Balas, piedras y corridas en la primera noche "manzanera"

 

Los disturbios dejaron 12 heridos y 29 detenidos.

  ROCA (AR).- La primera noche de la XXXI edición de la Fiesta Nacional de la Manzana no podía terminar peor. Un total de 29 detenidos están alojados desde ayer a la madrugada en la Comisaría Tercera después de una batalla campal que enfrentó a policías con varias decenas de jóvenes. Los disturbios provocaron además 12 heridos de diversa consideración a raíz de una lluvia de piedras que cayó durante varios minutos.
Más de cincuenta balazos sonaron en la madrugada roquense en medio del descontrol por las corridas, golpes y piedrazos en el predio de las 827 Viviendas. De acuerdo a la información policial, la batahola se inició cuando dos grupos de jóvenes que presenciaban un recital de rock iniciaron una pelea.
La reacción policial para disolver la lucha fue inmediata, pero cuando llegaron los primeros agentes se sumaron más personas a la refriega.
Fue así que dos uniformados perdieron su arma reglamentaria a manos de los revoltosos, de los que se supo provenían en su mayoría de las 827 Viviendas y barrio Nuevo. Esto obligó a los agentes a replegarse detrás de un colectivos, mientras el resto del público corría hacia todos lados para refugiarse.
No pasaron muchos segundos cuando comenzaron a llover las piedras contra los uniformados y los disparos de las armas sustraídas.
Ante esto, la policía decidió intimidarlos mediante balazos al aire. Fue así que los primeros detenidos fueron llenando los móviles policiales que se acercaron al predio de la avenida San Juan. Según confirmó la policía, varios de los jóvenes que habrían sido responsables del abrupto final de la primera noche estaban en evidente estado de ebriedad, en un escenario en el que las cajas de vino pasaban de mano en mano al ritmo del rock que se tocaba en el escenario.
Como consecuencia de esto, ayer se decidió prohibir la venta de bebidas alcohólicas en los stands, lo que provocó malestar entre los que habían firmado un contrato en el que se autorizaba la venta. Las corridas y el descontrol en el predio derivaron también en la destrucción de varios puestos de la fiesta, que ayer por la tarde intentaban ser reparados para afrontar la segunda jornada, que se inició con una tensa calma por el fresco recuerdo de las últimas horas.
Mientras tanto, fue incesante el deambular de familiares en la Comisaría Tercera para conocer el estado de salud de los detenidos.
La preocupación de padres y hermanos tuvo que ver con la aparente violencia con que los agentes decidieron disuadir el conflicto.
"Fue terrible. No les importaba nada, sólo repartían palos y golpes por todos lados sin tener en cuenta que muchos de los que están presos no tienen nada que ver", comentó indignada una mujer que se retiró cerca de las 17 de la unidad policial de la calle 25 de mayo sin poder conocer más que su hijo estaba procesado y podría ser trasladado a la alcaidía en las próximas horas.
Los comentarios de los vecinos que presenciaron los incidentes indicaron que los disparos al aire no fueron suficientes para concluir los disturbios, ya que provocaron un alboroto generalizado entre aquellos que participaron de la pelea y los que no tenían nada que ver y vieron amenazada su integridad física.
De los 29 detenidos, 23 estaban a disposición del Juzgado de Paz, mientras que los restantes fueron procesados y su situación sería resuelta por el juez Pablo Iribarren, a cargo del Juzgado de instrucción 12.

Otra apertura conflictiva

La de ayer a la madrugada fue la segunda apertura consecutiva de la Fiesta Nacional de la Manzana en la que debe actuar la policía por disturbios. El año pasado, cuando la celebración tuvo como escenario la zona céntrica, también se registraron enfrentamientos entre uniformados y jóvenes mientras actuaba el grupo Kapanga. En esa oportunidad se habló -al igual que anoche- de la ingesta de alcohol por parte de los muchachos del público y las posteriores reacciones violentas cuando la policía intentó disuadirlos. Otra coincidencia fueron las denuncias públicas contra la metodología violenta que utilizaron los agentes para reprimir a los jóvenes que estarían provocando desmanes.
Ayer se expresó el temor a la repetición de hechos violentos en las próximas fiestas, ya que estaría pensado utilizar el mismo predio hasta que esté listo el terreno cedido por el INTA. (AR)

Críticas al predio elegido

Luego de los incidentes que empañaron la primera noche de la XXXI edición de la Fiesta Nacional de la Manzana, varios vecinos se quejaron por el escenario elegido para la realización del evento, al que consideraron "poco seguro".
Las críticas tienen relación con la imposibilidad de controlar el accionar de aquellos que llegan con intenciones de provocar desórdenes, ya que el predio está en medio de un descampado y cualquier operativo policial previsto no es suficiente.
El subcomisario Miguel Méndez informó ayer que desde la Comisaría Tercera se había anticipado a los organizadores la posibilidad de tener problemas por la proximidad del predio con las 827 Viviendas, donde residen grupos de jóvenes violentos. En el primer día de la Fiesta participaron del operativo de control alrededor de cien uniformados, mientras que anoche el número de agentes fue igual, aunque llegaron reforzados por un mayor armamento y gases lacrimógenos.
Por su parte, dos concesionarias automotrices retiraron sus stands porque los vehículos cero kilómetro que exhibían fueron alcanzados por los piedrazos que lanzaron los revoltosos contra la policía. (AR)

   
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