Saladino resultó inalcanzable

Una gran victoria del piloto del Torino en la apertura del certamen.

Mejor comienzo imposible para Pablo Saladino. Ayer fue el gran protagonista que tuvo la primera fecha del certamen anual del TC Neuquino, que se cumplió ante una discreta cantidad de aficionados en el autódromo roquense. Al comando de un Torino, se quedó con todo lo que se corrió y ratificó su "chapa" de candidato.
Al menos por lo que se vio en el trazado roquense, los rivales de Saladino tendrán que mejorar y mucho si es que quieren estar a la altura del piloto neuquino para pelear por el título.
Ya en clasificación Saladino había mostrado en potencial de su Torino. Y lo ratificó en su serie de ordenamiento -salió el pace car, pero no se computó esa vuelta y se quedó con el mejor registro-. Era el favorito para la final, por más que tenían posibilidades Emilio Cimolai, Luis Urrutia, Ricardo Mangini, Augusto González y Gastón Dupuy.
Las dieciocho vueltas de la primera final de la temporada del TC Neuquino fueron un paseo veloz de Saladino, quien sólo se tuvo que preocupar por "mover" bien en la largada. Una vez que se aseguró la primera posición, lo suyo fue apenas un trámite.
Lo mejor estuvo atrás y el desarrollo de la prueba también lo favoreció a Saladino. Y basta con citar algunas situaciones clave, como el toque de Emilio Cimolai y Augusto González. El primero recibió la bandera negra, que tardó en aceptar -manifestó que no la vio- y con el segundo abandonando en forma prematura. Después, se quedaron Luis Urrutia y Gastón Dupuy.
El espectáculo lo salvó la lucha que hubo por las posiciones intermedias, con varios pilotos en una lucha abierta y sin roces. Hubo trabajos impecables, tal los casos de Mangini, Leonardo Camelli, Eduardo Pino y Rubén Cáceres. Otro que recuperó y mucho fue Juan P. Ritcher.
Adelante, Saladino cuando sacó una diferencia considerable reguló su marcha y en la últimas vueltas cuidó todo en el Torino para llegar a la ansiada bandera a cuadros, la que se le venía negando desde hace dos años.
Entre los que tuvieron una apertura para el olvido habrá que citar a algunos candidatos en los pronósticos. Mario Gallego ni siquiera alcanzó a largar la final y Urrutia se quedó muy rápido. Seguro que ya empezarán a pensar en la revancha.
Pasó la apertura del TC Neuquino. Las condiciones del tiempo no acompañaron y eso influyó en la respuesta del público. En lo deportivo, quedó muy claro que Saladino, al menos por lo demostrado en el autódromo roquense, está un escalón arriba que sus rivales.

Barroso estuvo en otra dimensión

Néstor Barroso logró una impecable victoria en la primera prueba del certamen anual de la Fórmula 850 Promocional, que se corrió ayer con poco menos de una docena de pilotos en el autódromo roquense como complemento del TC Neuquino.
Más allá de los esfuerzos de los dirigentes de la categoría y de sus pares del TC Neuquino, el arranque no fue todo lo auspicioso que se prometía.
Sigue siendo escaso el número de participantes. Además, entre serie y final se bajaron algunos protagonistas.
Sólo cuatro pilotos pudieron completar la final, que tuvo a Barroso como amplio dominador, escoltado por Darío Scarpa y Pablo Costanzi, mientras que otros habituales animadores de la categoría como Roberto Bellomo rápido quedaron a un costado del circuito.
Pasó la primera presentación y quedó claro que habrá que trabajar fuerte para que la Fórmula 850 Promocional recupere el papel protagónico que años atrás supo tener.

"Traté de hacer una buena diferencia"

"Estoy muy feliz. Primero, el triunfo se lo quiero dedicar a mi viejo (por Cayetano "Nino" Saladino), quien es el que más trabaja para que este Torino rinda de esta manera. Y después, es para todos los que me apoyan". Fueron las primeras palabras de Pablo Saladino ni bien bajó de su auto en la zona del parque cerrado y comenzó a festejar su gran triunfo en la apertura del TC Neuquino.
Saladino comentó que "gané y para mi fue una buena carrera, no se como la vieron los demás. Sabía que tenía un gran auto y que todo dependía de mi manejo, que no cometiera errores".
Más adelante, destacó que "traté de hacer una buena diferencia en el inicio y hasta ví que había una bandera negra para Emilio (por Cimolai). Cuando pasaron las vueltas y seguía atrás, pensé que había mirado mal el número, por lo que traté de mantener un buen ritmo".
En medio de las declaraciones, el ganador se estrechó en un emocionado abrazo con su padre, el principal gestor del Torino que ganó la primera prueba del certamen anual del TC Neuquino.
En medios de los festejos, también se escuchó a quienes apuntaron, y también con preocupación, que "el Torino de Saladino tiene una gran diferencia. Habrá que trabajar mucho para poder equiparar su rendimiento. Será el rival a vencer, siempre y cuando su auto mantenga en nivel que mostró en el autódromo roquense."