Jueves 1 de marzo de 2001

 

Un concierto de lujos para una victoria importante

 

La selección rindió a gran nivel y pudo ganar por más. La categoría del rival le da lustre a la labor albiceleste.

  ROMA (Gustavo Yarroch, enviado especial de DyN) - En una de las mejores y más jerarquizadas demostraciones de la era Bielsa, el seleccionado argentino derrotó con sobrada justicia pero insuficiente ventaja al de Italia 2 a 1 y ratificó así que hoy por hoy es una temible potencia del fútbol mundial.
El conjunto nacional tuvo un comienzo errático y fue dominado con claridad en los primeros 20 minutos, pero a partir de allí su rendimiento se elevó abruptamente hasta alcanzar una altura por momentos descomunal, con picos de lucida actuación tanto colectiva como individual.
Todo esto, frente a un rival calificado y en el espectacular estadio Olímpico de esta capital, que esta muy fría noche careció del marco de público acorde al nivel de los contendores, apenas 15.000 de los 80.000 que puede albergar. Es ya toda una obviedad que al aficionado local le interesa mucho más su torneo doméstico que este tipo de confrontaciones de selección.
El partido sirvió a ambos conjuntos de preparación para las Eliminatorias que están afrontando con miras al próximo Mundial Japón-Corea 2002, para el cual Italia avanza con buen destino y Argentina prácticamente está clasificada. De repetir una tarea como ésta, seguramente sacará pasaporte ecuménico mucho antes de finalizar la serie sudamericana.
Otro aspecto muy importante para Argentina fue el de haber reaccionado con autoridad, personalidad y determinación a esos primeros minutos adversos, en los que no pudo hacer pie en ninguna de sus líneas y su valla estuvo a punto de ser vulnerada antes de la primera conquista de Stefano Fiore a los 25, cuando superó a Burgos en el duelo personal, tras un grosero error del polifuncional Verón -el de peor rendimiento en la visita- que tiró un taco a tientas hacia atrás que permitió a Vieri encarar libre y con espacios y enseguida asistir con mucha precisión al autor del tanto.
En cambio, resultaron muy destacadas las actuaciones de "Kily" González -la figura de la cancha-, Aimar, Sorín y Crespo, quien a dos minutos del final marcó un tremendo golazo, con "caño" incluído, que el árbitro francés Alain Sars lo anuló por observar una mano que en modo alguno existió.
Pero Crespo ya había tenido su revancha por tres goles que se había perdido a los 3 minutos del complemento, al marcar el segundo y definitivo gol mediante un sensacional anticipo a la salida de un rasante centro del "Kily".
El empate argentino sobrevino a los 36 del primer tiempo en una jugada que combinó velocidad, precisión y contundencia. Aimar, un conductor de lujo cuando por fin se retrasó diez metros, ya que había comenzado muy arriba, sobre derecha, cruzó a la derecha para Crespo, quien cambió para la entrada sorpresiva y fulminante de González, para culminar con un soberbio zurdazo al ángulo.
Tanta fue la superioridad argentina en el segundo tiempo, que Italia no pudo llegar ni una sola vez con peligro, mientras que los muchachos de Bielsa sí lo hicieron en tres ocasiones, sin olvidar que después del desconcierto inicial y del primer gol local provocó todo tipo de zozobra en el área rival, al grado de haber convertido en figura al arquero Buffon.
Un resultado más acorde con el desarrollo debió significar goleada argentina sin más. Pero no es ésto lo más trascendente, sino la manera inteligente y de a ratos exquisita que elaboró el triunfo.

Foto: Crespo estuvo en su nivel y con un certero toque al anticiparse a los defensores a poco de empezar el segundo tiempo marcó el gol de la victoria.

   
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