Martes 27 de marzo de 2001

 

"Gladiador" ganó una pelea dura en los Oscar

 

El filme épico que le devolvió la vida al género de películas de romanos, "Gladiador", se llevó el Oscar del desempate al mejor filme y se alzó como el triunfador de la velada con cinco estatuillas.Detrás quedaron "Traffic" y "El tigre y el dragón" con cuatro premios cada una.

  La victoria de la 73 entrega de los Oscar la obtuvo "Gladiador" en lo que se refiere al número de galardones pero el verdadero triunfo fue la variedad de ganadores y de idiomas de los mismos.
El filme épico de romanos consiguió cinco estatuillas, de las doce a las que estaba postulado, entre ellas la de mejor película, pero la proeza no estuvo falta de lucha. "Al principio nos estuvimos mirando unos a otros pensando que la noche estaba desapareciendo delante de nuestros ojos", reconoció el productor de "Gladiador", Douglas Wick.
De hecho tanto la taiwanesa "El tigre y el dragón" como el drama sobre el narcotráfico entre los Estados Unidos y México, "Traffic", concluyeron la entrega con cuatro estatuillas cada una demostrando que no importa el idioma a la hora de hacer una buena película.
Sin embargo, la mayor sorpresa de la noche fue la victoria de Steven Soderbergh como mejor director por "Traffic" ya que si bien aspiraba a dos galardones como realizador, por este filme y por "Erin Brockovich, una mujer audaz", sus posibilidades de triunfar parecían divididas más que aumentadas.
"Traffic", que cuenta con un amplio uso del castellano, también consiguió el premio al mejor guión adaptado, mejor montaje y al mejor actor secundario, para el puertorriqueño Benicio del Toro. "Mi personaje intentaba mostrar que también hay gente en el otro lado de la frontera que honestamente trata de hacer lo correcto", indicó Del Toro, el primer actor galardonado por interpretar un papel en castellano en una producción estadounidense.
Aunque "El tigre y el dragón" provino de un lugar tan remoto -para los argentinos- como es la isla de Taiwán, curiosamente la película había atraído simpatías por estas pampas, pues algunos enterados hicieron fuerza por el filme Ang Lee porque el compositor de la música de su canción leit motiv -candidateada en su rubro- es argentino y se llama Jorge Calandrelli.
Lamentablemente para tal corriente de simpatía a la distancia, la estatuilla a mejor canción no fue para la música de Calandrelli sino que recayó en el tema "Things Have Changed", escrito por Bob Dylan para "Fin de semana de locos".
"El tigre y el dragón" de llevó los galardones a mejor banda sonora, mejor dirección artística, mejor fotografía y mejor filme en lengua extranjera.
Las palabras de Soderbergh resumieron el espíritu que dominó en esta edición a los miembros de la Academia, que contrarios a la creencia de que iban a dar la gran victoria a "Gladiador", la película más popular del año, decidieron repartir los bienes entre las mejores obras de la temporada.
"Gracias a los miembros de la Academia por tomarse el tiempo de ver la cinta y considerar nuestro filme", reconoció Marcia Gay Harden cuando contra todo pronóstico ganó el Oscar a la mejor actriz secundaria por "Pollock", una pequeña película que apenas tuvo distribución y que es la ópera prima en la dirección del actor Ed Harris
Mucho más visible fue la energía de las grandes estrellas Julia Roberts y Russell Crowe, que consiguieron el Oscar a la mejor actriz y mejor actor, respectivamente.
Sin parar de reír, Roberts no pudo ocultar en ningún momento su alegría por la victoria conseguida por "Erin Brockovich" que si bien no sorprendió a nadie, fue recibida como la mayor noticia de la noche, en un acto que ya se bautizó como la coronación de la estrella más popular de Hollywood.
Desde su llegada a la alfombra roja, la novia de Hollywood electrizó al público, luciendo su gran sonrisa con la misma alegría que su elegante vestido negro de gasa en el que ella misma reconoció que "apenas podía respirar". "Mi sobrina, que tiene 10 años, me dijo: Tía Julia, el vestido es precioso pero si ganas ¿cómo lo vas a enseñar?", bromeó la actriz mostrando la espalda al público para demostrar la mejor forma de enseñar la larga cola de su traje de noche de la colección clásica de Valentino.
"Casi famosos", "El Grinch" y "U-571" recibieron un Oscar cada uno, por lo menos un consuelo si se compara con la comedia con Juliette Binoche "Chocolate", que llegó a la final con cinco candidaturas y se quedó con las manos vacías.
La moda volvió a ser la ganadora de un festejo que hizo desfilar por su alfombra roja a sus estrellas más destacadas con modelos para todos los gustos.
Con la premiación del domingo, en la que -como pocas veces en los últimos años- faltó audacia y profundidad en las películas favoritas, el miliunanochesco Shrine Auditorium, cada dos años sede de la fiesta de la Academia, dejó de funcionar como tal para ser reemplazado desde 2002 por un edificio que esa entidad está construyendo ex profeso. (EFE/Télam).

Sólo una de romanos

"Gladiador" no es una gran película sino una película grande. Al estilo de clásicos de la aventura paridos por los grandes estudios como "Ben-Hur" y "Espartaco".
Su guión es débil y muestra dudas en la resolución de los principales temas de la historia. Tiene a su favor las actuaciones brillantes de Joaquín Phoenix y de Russell Crowe. También la mirada de uno de los mejores directores del cine contemporáneo, Ridley Scott.
Algunos de los aciertos de "Gladiador", la convertirán a su vez en un clásico. La cámara de Scott planeando sobre la Roma de principios del milenio pasado es un hallazgo que podría ser utilizado como material didáctico, independientemente del goce estético que produce.
La primera escena del filme demuestra la sensibilidad de Scott y de su actor principal. La mano del robusto general romano sobre la hierba, el sonido del silencio.
Todo hace que presupongamos la tormenta. Aquella escena de acción inicial contra las tribus germanas es una obra mayor en sí misma. Millones de flechas que caen furiosas encendiendo el cielo. El rumor de las espadas salpicadas de sangre.
"Gladiador" pudo ser una película como pocas, encima entretenida. Pero se perdió en el camino, lentamente. Le alcanzó para triunfar en esta pobre temporada. (C.A.).

Russell Crowe se quedó con la mente en blanco

El actor Russell Crowe reconoció que su mente se quedó en blanco al oír su nombre como ganador del Oscar al mejor actor por su trabajo en "Gladiator".
"No se me pasó nada por la cabeza. Absolutamente nada. No tenía ni conexión con el mundo. Ni tan siquiera sentía las piernas", bromeó el intérprete neocelandés.
Crowe dedicó palabras de halago para el resto de los candidatos en su categoría en la conferencia de prensa posterior a la entrega de premios, entre ellos el español Javier Bardem, cuyo trabajo describió como fantástico.
"Hace mucho tiempo el que pensé que iba a ganar era Michael Douglas por su interpretación en "Fin de semana de locos". Pensé que era maravilloso. Pero extrañamente no salió candidato", indicó el actor.
Sin ganas de tomarse en serio su victoria, Crowe bromeó en todas sus respuestas, asegurando que sólo era capaz de contestar en monosílabos, especialmente "sí" o "no".
Sin embargo, adoptó un momento de seriedad para explicar el origen de la cruz que lucía en su pecho, la orden del Imperio Británico ganada por su abuelo, Stanley Wyemms, como fotógrafo en la Segunda Guerra Mundial. (EFE ).

   
® Copyright Río Negro Online - All rights reserved    
     
Tapa || Economía | Políticas | Regionales | Sociedad | Deportes | Cultura || Todos los títulos | Breves ||
Ediciones anteriores | Editorial | Artículos | Cartas de lectores || El tiempo | Clasificados | Turismo | Mapa del sitio
Escríbanos || Patagonia Jurásica | Cocina | Guía del ocio | Informática | El Económico | Educación