Domingo 25 de marzo de 2001 | ||
Los romanos volvieron a Hollywood para quedarse con muchos Oscar |
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Como en 1960 lo hizo "Ben Hur", este año una de romanos podría arrasar esta noche con los Oscar. En un año muy flojo "Gladiador" se perfila como la gran ganadora, aunque algunas sorpresas pueden llegar a aguarle la fiesta. |
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Nuevamente las cámaras brindarán esta noche para todo el mundo una ceremonia que se caracteriza por el glamour, que muchas veces es más el recuerdo de tiempos idos que la realidad de una industria que ve en el horizonte nubarrones más que negros. Esta es la noche de los Oscar, que se vende al planeta como la "noche del cine". ¿De qué cine? Porque la globalización no corre para un solo lado y los estudios de Hollywood, aunque el 2000 haya sido un año récord en recaudaciones, comienzan a preocuparse por el crecimiento de las cinematografías regionales que captan cada vez más a un público que empieza a cansarse de ver a los norteamericanos mirándose el ombligo y que ya ven producciones de otros países arañando espectadores en su propia tierra. Todos lo dicen: el 2000 no se destacó por la calidad de las producciones que se estrenaron en los Estados Unidos. Debilidad que comenzó hace unos años, que se acentúa cada vez más y que se hace patente en la misma selección de los filmes que compiten este año como mejor película de los que tres son de producción norteamericana, uno es taiwanés y otro es francés. Ante esta pobreza la industria tiene que hacerse fuerte de alguna forma y generalmente lo hace con los premios de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood, galardones que la mayoría de las veces poco tienen que ver con calidad o merecimiento. Difícil es saber qué es lo que pueden haber votado los más de 5.000 miembros de la institución, pero generalmente se inclinan hacia su propia supervivencia. Así, aunque muchas veces los votantes se han inclinado por el drama, este año el entretenimiento y la acción de la que ha hecho gala casi como un sello la cinematografía norteamericana más pura parecen ser los favoritos que resurgen del circo romano con "Gladiador". El filme acaparó la mayor cantidad de nominaciones, doce, y es la única superproducción de las cinco candidatas al premio principal. Como la mayoría de las veces esta apreciación no concuerda con el criterio de los críticos que creen que debería ganar "Traffic", un filme mucho más serio de Steven Soderbergh que se mete en el mundo de los narcotraficantes y que según algunos podría dar la gran sorpresa. Sin embargo el hecho de que otra película del mismo director, "Erin Brockovich, una mujer audaz" compita en le misma categoría le juega en contra. Por eso la competidora más firme de "Gladiador" sería en realidad "El tigre y el dragón", un filme de aventuras chinas también con mucha acción, fantasía y coreografías de lucha. Pero el que esté nominado a la vez como mejor filme en idioma no inglés baja sus probabilidades. Lo más seguro es que se lleve el de mejor película extranjera, dejando así de lado a la mexicana "Amores perros", y que la corona de laureles quede finalmente en la cabeza del "Gladiador". Distinta es la suerte de este filme en la categoría de dirección ya que los galardones con los que fue distinguido Ang Lee hasta ahora por directores, críticos y demás hacen que sus posibilidades de irse con un Oscar en sus manos sean casi seguras. Sólo la ley de las compensaciones, que "Gladiador" pierda en otras categorías importantes o la costumbre de que el mejor filme muchas veces gane también en dirección le podría dar la estatuilla a Ridley Scott y Soderbergh también en este caso divide sus votos. El quinto contendiente, Stephen Daldry aparece en la competencia casi como el toque exótico de incluir a algún británico en la categoría. La que ya acuna el Oscar en sus brazos como actriz protagónica es Julia Roberts, la "novia de América", tuvo la suerte de ser la protagonista de una película hecha para su lucimiento, donde todo estaba a sus pies, con las mejores cámaras puestas a disposición de una de esas heroínas que siempre tocan la parte sensible de los bien pensantes académicos. Así las excelentes performances de sus competidoras quedaron relegadas. Los actores la tienen un poquito más difícil. Todo habla de una final cabeza a cabeza entre Russell Crowe, que el año pasado perdió ante Michael Caine en la categoría de actor de reparto, y Tom Hanks, el náufrago que pelea por llevarse a casa su tercer estatuilla, lo que sería un récord. Hanks es uno de los niños mimados de Hollywood, pero las buenas actuaciones de Crowe, la de "Gladiador" incluida, le aportan algunos porotos más al neocelandés, que sólo vería disminuidas sus posibilidades si a la hora de meter su decisión en el sobre su fama de seductor rompe-hogares influyó en los más pacatos. Aquí mayor perdedor es Ed Harris, quien para muchos críticos es el verdadero merecedor del premio, pero que no tuvo la suerte de otros actores en su primer producción detrás de las cámaras con "Pollock"ya que tanto Robert Redford con "Gente como uno", Mel Gibson con "Corazón valiente" y Kevin Costner con "Danza con lobos" se llevaron el Oscar a mejor director y mejor filme y Warren Beatty con "Reds" fue el mejor director también. A diferencia de las categorías principales de actuación, las de mejor actriz y actor de reparto siempre se distinguieron por resaltar la calidad de los trabajos más que el carisma. Por esto Judi Dench vuelve a ser la favorita por su desempeño en "Chocolate", pero ganar no le será fácil ya que enfrenta a "leonas" como Joan Allen, Marcia Gray Harden y Frances McDormand y Kate Hudson. Estas últimas pierden puntos al estar nominadas por el mismo filme, "Casi famosos". Entre los hombres más bien lo que va a primar es la matemática, quienes no votaron a Crowe como mejor actor puede ser que se vuelquen hacia Joaquin Phoenix y su emperador como una forma de favorecer a "Gladiador". También Benicio del Toro tiene grandes posibilidades ya que su trabajo en "Traffic" impactó al punto de darle ya varias distinciones. La sorpresa puede llegar en esta categoría con un premio para Albert Finney, con una carrera más que notable, o Willem Dafoe, quien compone un vampiro exquisito en "La sombra del vampiro". Ahora queda esperar a que Juan Castro, Cristina Pérez y Axel Kuschevatzky desde las 21 por Azul Televisión hagan pasable una trasmisión en la que Steve Martin como maestro de ceremonias tendrá que intentar que las más de tres horas que dura no sean muy aburridas, y que el sueño no nos venza hasta saber si finalmente los pulgares se alzaron para "Gladiador". Latino, todo y nada Silvina Fernández |
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