Miércoles 21 de marzo de 2001 | ||
Hermanito querido |
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Apenas si había transcurrido una semana y los muchachos de "Gran Hermano" ya se consolaban unos a otros, abrazados y con lágrimas cayéndoseles directamente de las narices. Qué extraños son estos personajes predispuestos a mostrarse puros y, sin que medie un plan, conquistar a la audiencia, a usted, a nosotros, ¡a sus compañeros de aventuras! Es decir, a todo el bendito mundo con su extraordinaria personalidad. Muy natural, eso sí. Tanto como el shampoo y el jugo de frutas del nuevo milenio. Vaya a saber uno de qué forma actúan en la realidad real los protagonistas de "Gran Hermano", pero en la que todos enfrentamos día a día, no le damos un abrazo o un besito, en medio de lagrimones, al primer varón o mujer que se nos planta enfrente. "Son maravillosos", se atrevió a confesar una de las chicas, mientras desde otro lugar, aun más ficticio que la casa donde viven los pibes burbuja, Soledad Silveyra los animaba a ser tal cual eran... antes de entrar al paraíso de la televisión. "Nunca imaginé encontrarme con un grupo humano así", dijo otro. En fin, que las emociones no faltaron ese día clave cuando hubo que elegir a otro para que fuera descartado del grupo. Una pena. Pero así es la vida, ¿no? Bueno, "Gran Hermano" es la vida también, por si no lo habían notado. Seamos francos. Nada menos natural que doce tipos encerrados entre cuatro paredes atiborradas de cámaras. ¿Qué hay de emocionante en ver cepillarse los dientes a alguien frente al espejo que no sea uno mismo? ¿O cambiándose los calzoncillos? ¡Ya es aburrido hacerlo en primera persona! "Gran Hermano" es un nuevo invento de la saturación. Del aburrimiento existencial. De la ignorancia. El fisgoneo debe tener una sensualidad que desconocemos los que preferimos hacer zapping las más de las veces. Cosa curiosa, hasta ahora el programa ha tenido en la Argentina un rating alto pero decepcionante. La vida real tiene facetas emocionantes y perturbadoras. La real realidad de los actores que vemos actuar cada semana en nuestras series favoritas es mucho más emocionante que las tiras que protagonizan. Ni que hablar si se las compara con este rebaño de obnubilados por sus cinco minutos de fama llamado "Gran Hermano". Robert Downey Junior ha entrado y salido de la cárcel en los últimos tres años. Justo ahora cuando parecía recuperado, el actual abogado y compañero de Ally McBeal tendrá que volver tras las rejas si el último juicio que lo involucra sigue su curso. Otro caso para el álbum de figuritas es el de Charlie Sheen; problemas con la policía y las drogas. Después de una temporada en el Cadalso, volvió para reemplazar a Michael J. Fox que salió de la divertida "Spin City" debido a su enfermedad, el mal de Parkinson. ¿Puede haber más acción que ésta en un guión? La vida no se ha vuelto monótona en los últimos diez años. Es que algunos, demasiados tal vez, han dejado de mirarla a los ojos. La pasión, el dolor, el amor y la locura de cada minuto, de su carne, de sus huesos, les pasa por el costado mientras están ocupados haciendo otra cosa. Lo dijo John Lennon y sabía de qué hablaba. Claudio Andrade |
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