Lunes 11 de enero de 2000



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Los acuerdos y compromisos secretos de Menem y los árabes

 

En 1988, la SIDE siguió los pasos del dominicano Nemen Nader cuando éste fue recibido en secreto por Menem en su residencia de la Gobernación de La Rioja. Unos cuatro millones de dólares procedentes de Libia transitaron por dos cuentas, una abierta en la Banca Sogenal y otra en el Lloyd Bank de Ginebra. El dinero llegaba a Buenos Aires por Paraguay. Siria, Kuwait, Irak, Arabia y la OLP también aportaron fondos.

  En julio de 1988, Carlos Menem derrotó a Antonio Cafiero en las elecciones internas del PJ. Poco después, el flamante candidato presidencial partió rumbo a Europa. Dos de las personas que integraron aquella nutrida comitiva confirmaron a "Río Negro" que Menem mantuvo una reunión a solas con los libios Said Al Haffiana y Ahmad Al Jarroud, la cual tuvo lugar en Roma.
Según Mario Rotundo, el encuentro de Menem con los representantes del lobby Mathaba se llevó a cabo -en horas de la noche- en el hotel Excelsior, ubicado en la vía Veneto de la ciudad eterna.
Para evitar que ninguno de sus acompañantes tuviera noticia de la visita de los libios, antes de celebrarse la reunión, Menem hizo sacar del hotel a toda su comitiva, con excepción de Rotundo. El ex embajador Oscar Spinoza Melo reconoce que él fue el encargado de pasear a Zulema Yoma por Roma y luego invitarla a cenar junto a otros miembros del séquito menemista.
La reunión sin testigos entre el candidato presidencial y los libios Al Haffiana y Al Jarroud se prolongó por espacio de algo más de tres horas. Rotundo, que esperaba en una dependencia cercana al lugar del encuentro, fue llamado por Menem a sumarse al grupo:
"-Quiero que te pongas de acuerdo para buscar la mejor forma de hacer llegar a Buenos Aires el apoyo financiero de mis hermanos libios. Mario: ocupate de todos los detalles y le informás de todo a Norita" (Alí).
Se procedió entonces a la apertura de dos cuentas bancarias en Ginebra. Por la cuenta 5451 de la Banca Sogenal y por la 855.890-01-00 radicada en el Lloyd Bank de la Plaçe Bellair, 1 pasaron unos 4 millones de dólares, antes de llegar a su destino final en Buenos Aires.
Durante casi un año, los fon-dos fueron llegando a Suiza con periodicidad mensual, a través de transferencias que se ordenaban desde el Lybian Arab Forem Bank, con sede en Trípoli. Una vez que el dinero se ingresaba en las cuentas helvéticas, Rotundo lo retiraba mediante un cheque certificado que se canjeaba en una casa de cambio de Paraguay. Desde Asunción, un chofer de confianza de Rotundo se encargaba de traer el dinero en efectivo hasta Buenos Aires en maletines que entregaba en las oficinas de la avenida Callao, donde funcionaba el cuartel general electoral de Carlos Menem.
La última remesa de dinero procedente de Libia llegó a nues-tro país en agosto de 1989.
Según ha revelado el propio representante de Mathaba , el dominicano Nemen Nader, los libios apoyaron a Carlos Menem con 10 millones de dólares (ver aparte), una cifra en la que también coincide Oscar Spinoza Melo. El gestor de las cuentas suizas, Mario Rotundo, presume que hubo más dinero libio que circuló entre Trípoli y Buenos Aires, aunque él sólo afirma haber manejado 4 millones.
Los libios Al Haffiana y Al Jarroud regresarían a Buenos Aires para asistir -en nombre del coronel Muammar Al Gaddafi- a la ceremonia de asunción de Menem a la primera magistratura, el 9 de julio de 1989. Tras los actos oficiales, ambos continuaron durante unos diez días alojados en el céntrico Claridge Hotel de Buenos Aires, desde donde hicieron varias llamadas a Trípoli y a un teléfono localizado en la Casa Rosada, donde atendía Nora Cristhian Alí.
Dos meses después, en ocasión del primer viaje de Menem al exterior, para asistir a la Cumbre de Países no Alineados celebrada en Belgrado en setiembre de 1989, el flamante presidente argentino tuvo un encuentro con el coronel Gaddafi. Según el ex ministro Domingo Cavallo, el líder libio le recordó a Menem el interés que tenía el país magrebí por el misil Cóndor.
Un importante legislador nacional peronista que integró la comisión bicameral sobre las investigaciones de los atentados contra la embajada y la sede de la AMIA, aseguró a "Río Negro" que lo relatado por Cavallo es verdad.
Hay que recordar que el caso del misil es un típico ejemplo de triangulación efectuada para eludir los controles de los países industrializados sobre tecnología bélica destinado a países considerados peligrosos. La empresa alemana Consen, que vendió la tecnología del Cóndor, nunca lo hubiese podido hacer directamente a un país árabe y menos aún al régimen libio, pues el gobierno alemán lo habría impedido.
¿Prometió Menem la cesión del Cóndor como contrapartida de los 10 millones que los libios pusieron para su campaña en 1988?
El 17 de marzo de 1992, día de la voladura de la Embajada de Israel, se detectó en Buenos Aires la sugestiva presencia de dos ciudadanos árabes. Uno era el representante del Estado argentino para la venta de armas al exterior Monzer Al Kassar, titular del pasaporte argentino 13.263.273.
El otro era el libio Al Jarroud, uno de los que habían negociado -en nombre de Muammar Al Gaddafi- el aporte de 10 millones de dólares para la campaña del menemismo. Al Jarroud ingresó a la Argentina con un pasaporte legal sirio, pero bajo la falsa identidad de Firas Saayed.
   
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