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Hevia, un innovador: José
Angel Hevia fue el primer intérprete de música
tradicional gallega que llegó a ser número uno
en ventas en España con el disco "Tierra de nadie".
En este primer disco pudo unir la música asturiana con
el rock y el pop sin conflictos y logrando la aceptación
masiva.
También es el padre de una innovación histórica:
la gaita eléctrica o multitímbrica, que les permite
tocar incluso a las personas que no pueden soplar el instrumento.
Respetuoso de todo tipo de música, Hevia aprendió
de la tradición oral de los gaiteros asturianos, luego
se formó solo. Después llegó la ardua tarea
de poner por escrito sus creaciones y mejorar la digitación.
Hasta que su trabajo le brindó el éxito.
Luar Na Lubre: Es una banda
que viene sonando desde hace doce años, pero que recién
saltó a la fama internacional cuando Mike Oldfield incluyó
en su disco "Voyager" el tema del grupo gallego "O
son do ar", al que él llamó "La canción
del sol".
Su último disco es "Cabo do mundo", dedicado
al mar, en el que la música emula la cadencia de las mareas
y de las olas, en un equilibrio de temas cantados e instrumentales
para los que también utilizan la percusión africana
y latina, aunque todos están inspirados en la tradición
gallega.
Chicas de caña llevar:
Cristina Pato y Susana Seivane son muy jóvenes, ambas
lograron una proeza: grabar un disco en el ambiente bastante
machista de los gaiteros.
Cristina Pato con 18 años lanzó "Tolemia",
que significa locura, después de ganar varios concursos
de gaiteros como solista en Orense. De su primer trabajo discográfico
participaron unos 28 músicos y en él intentó
abrir el espectro y salir un poco de la etiqueta "celta",
sin renegar de sus orígenes, al incluir sonidos africanos,
brasileños y pop.
Hija y nieta de luthiers, Susana Seivane creció entre
las cañas que luego se transformaban en gaitas y a los
5 años tuvo una a su medida. Esta muchacha de 22 años
pisa firme e interpreta canciones populares que rescata del cancionero
tradicional gallego.
Leilía: Agrupación
integrada exclusivamente por mujeres que se dedican a rescatar
a través de las "recollidas" la música
de la pandereta y las canciones tradicionales.
La "recollida" es la actividad que realiza este grupo
todos los domingos en los pueblos en las fiesta en las que la
gente se reúne para bailar y cantar. Su trabajo es cada
vez más dificultoso ya que la influencia de los medios
de comunicación hace que muchos de los cantantes o bailarines
cambien actitudes tradicionales por las que suelen ver como auténticas
por la televisión.
Carlos Núñez,
gaitero: Orgulloso de ser gallego, Carlos Núñez
lleva hoy en día la música de Galicia por el mundo,
mientras extraña sin cesar a su Vigo natal.
Para este joven intérprete la gaita es la bandera de una
cultura que tuvo que luchar durante años contra los prejuicios.
Es la "llave para comprender la música y la interpretación
de lo celta".
Este joven que comenzó tocando música medieval,
del renacimiento y del barroco con la flauta, instrumento que
también incluye en sus composiciones, tuvo la influencia
de los gaiteros de posguerra primero, Antón Corral, Enrique
Otero, Benigno Méndez, Xaime Esteves y Ricardo Portela.
Luego sus oídos se abrieron a la música irlandesa,
de la que los "Chieftains" son sus referentes por excelencia.
Aunque sus primeros discos son más tradicionales en su
última placa, "Os amores libres" comenzó
un camino de investigación que lo llevó a indagar
en las huellas sonoras de la música árabe en la
península ibérica y sobre todo en Galicia, donde
por mucho tiempo fue prohibida por estar influida por el sur.
Berrogüetto: Este grupo
parte de la música tradicional de Galicia y la reelabora
incorporando el folk progresivo. Su álbum debut "Navicularia"
tuvo para ellos una repercusión inesperada que los llevó
a ganar dos premios en Alemania, uno de ellos compartido con
Ry Cooder. Su segundo disco "Viaxe por Urticaria" apuesta
a las utopías y prueba con la inclusión de percusiones
afrolatinas.
De este lado del Atlántico:
De la influencia de la música irlandesa y escocesa en
Norteamérica no quedan muchas dudas, ya que el folk, género
típicamente norteamericano, tiene allí sus raíces.
Entre quienes hoy en día rescatan y mantienen un perfil
más tradicional se destacan, sin dudas, las mujeres. Entre
ellas sobresale por su trascendencia la canadiense Loreena McKennitt,
una hija de granjeros que comenzó como bailarina de danzas
escocesas pero debió abandonar esa actividad a causa de
un accidente automovilístico. A partir de allí
se dedicó a la música y al canto lírico.
Un viaje a Irlanda la acercó más a sus raíces
celtas y a los secretos del arpa. Y aunque en ese momento intentaba
expresarse en el teatro, decidió abandonar su carrera
de actriz y se lanzó como solista con "Elemental".
Después llegaron " To Drive the Cold Winter Away",
"Parallel Dreams", "The Visit" "The
Mask and The Mirror", "A Winter Garden" y "The
Book of Secrets" que ya la encuentra entre las cantantes
número uno a nivel internacional.
McKennitt no es la única en este camino. A mediados de
los ochentas un grupo de talentosas instrumentistas participaron
de una serie de conciertos en Nueva York realizados para manifestar
la importancia femenina en la música celta. Allí
nacieron las "Cheries Ladies" que con varios cambios
durante más de una década lograron editar dos discos
y componen sus propias canciones.
Silvina Fernández
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